Bailar bajo la lluvia, cantar nuestras canciones favoritas, que me beses bajo la lluvia, tú tan alto y yo tan pequeña... ¡AGH, NO! NO al pasado, NO al futuro, SÓLO el presente por favor. Tu presente. Mi presente. Nuestro presente.
El problema aquí no radica en lo que haces, en lo que expresas, en lo que sientes, en lo que observas, en lo que vives y en lo que mueres... ¿Cuál es? Es esa percepción tan alejada de la realidad que tienes comparada a la mía. Yo te amo, pero me odio más que a nadie.
Mientras tú sueñas en una cabaña en medio de la nada de Canadá, nuestra luna de miel en Japón, una hija; Helena, una hermosa y unida familia en un cuento de hadas... Yo, no temo sobrepasarme con cada una de mis cortadas. Entiéndelo mi vida, no puedo creer en las personas cuando estoy lo suficientemente rota, pero sabes? Tu bienestar, tu felicidad, tu sonrisa, tu seguridad, sólo eso pido...
Secaré tus lágrimas, sangraré tus heridas si es necesario, callaré tus gritos con un beso, dormirás en mis brazos y si es para tu gusto, en mis piernas.
Cantaré hasta dejar ir todas tus angustias, tus miedos, tus inseguridades, tus temores... Para eso estoy mi blanquito, mi felicidad es cuidar de ti y de nadie más.
Tú posees esa increíble capacidad de ver la perfección en medio del caos, de ver en mi lo que propiamente desconozco y que para resto, es invisible.
¿Cómo es que pretendes salvarme? ¿Cómo pretendes protegerme? Es mentira todo eso de que el apoyo es mutuo, TÚ mi pequeño, mereces ser amado, consentido, feliz, MUY FELIZ, soportaré los días que sean necesarios sin comer una sola migaja, quiero para ti ser perfecta, morir de hambre y quebrarme en tus brazos, no quiero que me dejes como una muñequita rota ¡NO ESTA VEZ!
Te amo, pero me odio...
